AHIṂSĀ – Violencia interna VS Violencia externa
Como ya hemos visto en el Yama & Niyama Challenge: Ejercicio 1, para entender bien ahiṃsā tenemos que entender primero que significa la violencia.
Profundizando en este análisis, podríamos decir que existen tres tipos de violencia:
- la violencia que ejercemos sobre nosotros mismos (violencia interna)
- la violencia que ejercemos sobre otros (de dentro hacia fuera)
- la violencia que ejercen sobre nosotros (de fuera hacia dentro)
Dentro de la violencia que ejercemos hacia nosotros mismos podríamos catalogar dos tipos: la activa y la pasiva.
La activa se encuentra en la modalidad de rajas y la pasiva en la modalidad de tamas.
La violencia sobre nosotros mismos en la modalidad de rajas es la que ejercemos a través de la sobre acción y la violencia en la modalidad de tamas es la que ejercemos a través de la inercia, desidia o inconsciencia.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte de actos violentos son una mezcla de rajas y de tamas, sin embargo en cada acto (o en cada inacción) suele haber un aspecto que prepondera más y de esta manera se dice que ese acto (o inacción) corresponde más a rajas o a tamas.
Algunos ejemplos de la violencia que ejercemos sobre nosotros mismos son:
- criticarnos
- juzgarnos
- auto desvalorizarnos
- tener hábitos de vida perjudiciales
- tener relaciones perjudiciales
- no respetar nuestros límites
- sobre exigirnos
- no escuchar nuestra voz interior
- Etc.
De hecho, muchas de estas actitudes se basan en la educación que hemos recibido y en el sistema competitivo en el que vivimos inmersos. Algunas de estas están bien vistas e incluso valoradas dentro de la sociedad como método de auto-motivación o de auto-superación.
Sin embargo, todas se basan en una premisa: hay algo mal en mí.
De transfondo existe una auto-desvalorización (probablemente resultado de una desvalorización externa que ha sido introyectada) que nos lleva a forzar nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestros valores, creencias y espiritualidad para adaptarnos o imitar aquello que se supone que es “correcto”.
En la práctica de āsana esto se puede ver cuando forzamos nuestro cuerpo por encima de nuestras posibilidades para imitar la postura que hace nuestro vecino de esterilla o la postura que realiza esta o tal persona en esa imagen que nos gustó tanto de esa red social o de ese video que vimos en internet.
Al hacer esto hemos salido de nuestro centro, de nuestra esencia, de nuestra mirada interna y hemos ido a identificarnos o querer identificarnos con el exterior, perdiendo así el camino del Yoga.
Y dependiendo de nuestro cuerpo, al forzarlo queriendo imitar esa imagen idealizada, podemos incluso dañarlo en mayor o menor grado.
Ejercicio 2:
1. Reflexiona en tu diario personal sobre todas las veces que te has salido de tu esencia por querer llegar a una imagen o un standard familiar, social, académico, etc.
2. Reflexiona en tu diario cuantas veces has estado practicando āsana (posturas de Yoga) de manera competitiva, forzando tu cuerpo, imitando a alguien, etc.
- ¿Dirías que estas actitudes están más relacionadas con rajas o tamas?
- Si no conoces que es rajas o tamas simplemente reflexiona si estas actitudes están más cerca de la acción (o sobre acción) enfocada en metas externas (rajas) o de la inconsciencia / dejadez (tamas)
3. Reflexiona sobre los ejemplos de violencia interna que hemos listado:
- ¿Con cuales te puedes identificar?
- ¿Cuáles crees que están en rajas y cuales en tamas?
- ¿Hay algún ejemplo más correspondiente a tu experiencia personal que puedas añadir a la lista?
4. Comparte en los comentarios que has aprendido o que te ha aportado este ejercicio
Namaste 🙏🏼🕉
Creo que la violencia que hago a mi mismo es una mezcla de rajas y tamas, primero soy inconsciente de mi comportamiento conmigo mismo y despues me hago culpable por haber sido asi inconsciente.
También pienso que mi ritmo de vida es dado bastante de afuera (que por la mayor parte del tiempo está bien así, ya que me gusta tener un ritmo exterior a veces), pero hay veces en los cuales no toda la unidad de mi cuerpo y mente pueden seguir este ritmo correspondientemente.
Creo que la palabra «sobreexigencia» no es completamente correcto para este fenómeno, yo diría mas bien que es una asincronía de eventos y mi actitud mental, que no me permite hacer las cosas como y cuando las quiero hacer.
He estado casi 43 años haciéndome violencia interna como externa(tanto hacerla yo como recibirla). Me he sentido engañada por lo qué esperaba de mi la sociedad . Mi cuerpo dijo basta y tuve que escucharlo:vegetariana del todo ,nada de químicos, aceptarme . Me engañaron al decirme que amarme era ser egoísta, que debía ser servil por ser mujer ,lo peor es que me lo creí. Ha sido tanto rajas ( maltrato en el trabajo ) como tamas ( no hacía nada) . Hay que actuar para cambiar, el camino del Yoga me enseña a ir hacia delante.
En mi caso me es difícil saber en que momento estoy siendo violenta conmigo misma o si estoy siendo nada más exigente. A menudo estoy en una situación de «estira y afloja» en diferentes situaciones de mi vida como lo son por ejemplo, el esfuerzo que pongo en algo, la apertura qué tengo hacia otras personas y/o sus ideas, mi disciplina o el cumplimiento de mis rutinas, etc..
En mi caso ha sido hasta divertido ver. Como ese estira y afloja se representa exactamente igual en mi cuerpo.
Supongo que a varies les ha pasado, que estamos en una Asana qué sabes que puedes dar. Más pero que también sabes que si lo haces te. Puedes lastimar. Mi cuerpo tiende a ser demasiado flexible lo que me ha llevado a un camino de bus ar la fuerza, ta to interior como muscular para poder compensar y sostener esa hiperflexibilidad. Cuando era más joven me solía lastimar con ideas o posturas qué quería a fuerza. Y pues he ido descubriendo varias cosas, la primera que la mente no puede gobernar, al contrario tiene que asistir. Y otra, a ser honesta con mis procesos y siempre tener como prioridad el amor y el autocuidado. La. Pregunta aquí es, ¿ cómo se que no estoy siendo perezosa o demasiado permisiva? Aun no la respondo pero me divierte ver como todo es fluctuante jaja
Me han hecho darme cuenta que en mi día a día percibo poca violencia a nivel personal, tanto violencia interna como violencia externa. Cuando llegas a una edad, como es mi caso, creo que consigues una aceptación personal mayor (violencia interna) y dejas de dar importancia a la violencia externa.
Y en estos momentos de pandemia que vivimos, la mayor violencia interna que tengo es el desánimo (tamas), y la frustración (tamas), y tengo que darme cada día un buen chute de optimismo, de actitud positiva para llevar mejor el momento presente en el que vivo.
Y mi practica de yoga es realmente importante en este momento.
Gracias de nuevo por este challenge que me ayuda a ver las cosas mas claras. Que nos acostumbramos a la violencia ya que hay mucha en los medios banalizandola , en la educacion ….., y es por desgracia una normalidad . Hablando el otro dia con una amiga me comentaba sobre su trabajo que tenia que ser violenta para que la respeten , que no le gustaba pero que asi funcionaba y que se preguntaba si ella no tenia el problema ! y le dije que esto no es lo normal que los que no van bien son ellos , krishnamurti decia «no es un signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.» en lo que se refiere a mi tengo una violencia tanto en tama como en raja y que el hecho de leer, de escribir sobre ello me aporta claridad y consuelo . me aporta mas fuerza para una practica mas constante y sincera .
Realizando este ejercicio me doy cuenta de la importancia que tiene poner limites sanos en nuestra vida para mantener nuestra esencia. Si decimos que si por compromiso a algo/alguien que no queremos nos estamos diciendo que no a nosotros mismos. Hablando y actuando con amor y respeto podemos comunicarnos con los demás sin necesidad de llegar a herir a nadie.
Cuando comparo mi imagen física con otra me hace daño, es un acto violento y debo aceptar mi esencia tal y como es, cada uno de nosotros ha venido a este mundo con una finalidad y por eso todos somos únicos.
Por último, me doy las gracias por estar escuchando mi voz interior, por seguir mi intuición y dejar de buscar respuestas fuera. Estoy en un proceso de confiar más en la toma de mis decisiones.
Namaste
Con respecto a mi actitud ante las cosas y las situaciones, he podido ver con claridad que soy una mezcla de rajas y tamas, aunque quizá con mayor peso en rajas. Tiendo a pensar muy negativamente sobre mí, a culpabilizarme tal vez en exceso. Reconozco también que en multitud de ocasiones he perseguido metas o caminos que no han sido los que yo realmente quería seguir, lo cual me ha llevado a sentir en múltiples ocasiones que algo en mí estaba mal. Reflexionando he podido ver muy claramente que salgo de mi esencia, de mi base con relativa facilidad y eso hace que me pierda y no tenga un rumbo claro.
En cuanto a la práctica de asanas, admito haber forzado mi cuerpo a hacer según que posturas, estiramientos o flexiones, con el fin de llegar a estar mas cerca de esa imagen que veía ante la pantalla. Y muy a mi pesar, he de admitir que hasta no hace mucho este tipo de acciones sucedían. La verdad es que no solo ha sido con la práctica de yoga, ya hace años que por «culpa» de querer conseguir algo me hago daño, sobretodo en forma de lesión, lo cual de alguna manera te obliga a alejarte mas aun de la «meta» supuesta que tenías en la cabeza. Vamos, que hay veces que es mejor parar y valorar que es mejor, hacer ahora la postura forzándote y estarte semanas sin hacerlo mas, o ir mas lenta y poder conseguir esa flexibilidad, estiramiento o lo que sea de manera progresiva y sin lastimarte a la primera de cambio, pese a que lleve mas tiempo.
En fin, yo diría que queda claro que mi actitud es más rajas que tamas en este tipo de situaciones. Soy mas de la acción o la sobreexigencia que no la dejadez.
Sobre el tipo de violencia he observado con claridad que la violencia que abunda en mí es la interna, concretamente la activa, es decir, rajas.
Como conclusión podría decir que este pequeño ejercicio no ha hecho mas que plasmar una realidad que llevo años teniéndola presente pero que no encuentro como saber enfrontarla. Espero que a partir de hoy me comprometa conmigo misma y sepa encontrar las herramientas para sobrellevar estas situaciones.
Namasté. Me llama mucho la atención lo que trata de la violencia con desidia, hábitos poco saludables y obviamente, creer que de los estándares sociales que no he alcanzado depende mi felicidad. El estar inconforme conmigo misma, y no trabajar en qué puedo mejorar, siendo víctima de las circunstancias… Y el desconocimiento de mi voz interna causa un desequilibrio, en el que momentos valiosos conmigo misma son ignorados
«Respeta tus límites, escucha tu verdadera naturaleza». Esto me repito como un mantra desde hace algunos años, cuando empecé mi camino en el Yoga.
Ahora bien, no siempre lo consigo, es un trabajo diario. Hay un patrón bien impreso en mí y cuando entro en ese estado de no hacer nada (tamas) me violento por ser violenta conmigo, porque soy consciente.
Si parto desde el «hay algo mal en mi» no es por eso que siempre andamos buscando la paz interna? Y, esa violencia que ejerzo sobre mi, no genera que accione mecanismos para el cambio?
A lo largo de mi vida muchas veces he perdido mi esencia, la he reconducido una y mil veces. Me doy cuenta que tengo que estar muy pendiente para no evadirme y entrar en bucle. Llevo muy arraigada la superación personal y esto a veces me lleva a compararme con otras personas y pensar: «Si ell@s pueden yo tambien», sin darme cuenta en ese momento el camino recorrido que han llevado. Y esto precisamente es una de las cosas que más trabajo en mí, llevar mi propio camino. Soy consciente de que todos llevamos un proceso diferente, más lento o menos lento, pero en ese momento mi mente se nubla y no ve nada más. Reflexionando me doy cuenta que esto que hago y pienso » Si ellos pueden yo tambien» a priori me lleva a una motivación extrema, insana, que me hace estar a 1000, pero al cabo de unos días desaparece y vuelvo a sentirme un poco fustrada. ¿Qué ocurre entonces? … viene la autocrítica, el juicio…Así que una vez más vuelvo a parar, pensar y reconducirme a la búsqueda de mi verdadera esencia. Y aunque hace tiempo dejé atrás ciertos juicios relacionados con la familia, con la sociedad, he de confesar que he entrado en la misma rueda con mi práctica de yoga. Me cuesta mucho encontrar la línea intermedia. Sé que tengo que escuchar mi cuerpo Así que lo primero que hago al empezar mi práctica es concienciarme de que quizás hoy no esté al nivel que pretendo para no forzar. No obstante, cada día siento que voy evolucionando en este propósito. Al hacer este ejercicio, efectivamente, me corroboro que de la misma manera que dejé atrás ciertos juicios y autocríticas en otros ámbitos de mi vida, he de dejar atrás la critica con la que en estos momentos me enfrento.
Bueno esto temas son tratados en la Bhagavad Gita (El canto del Supremo) .Existen tres modalidades según la misma , modalidad de la bondad, modalidad pasión y modalidad de la ignorancia. Allí viene decir que en esta era que vivimos algunas veces la modalidad bondad gana a la pasión e ignorancia, que otras la ignorancia gana a las otras dos y con la pasión ocurre lo mismo. Tama y rajas están relacionadas con pasión e ignorancia y Sattvica con la bondad . Mi experiencia personal de tantos años es que para establecerse uno en esa modalidad de bondad , debe uno primero como se está haciendo aquí, reconocer en qué modalidad se encuentra una vez detectado ,ser firme en nuestro avance hacia esa modalidad de bondad…esto no es un trabajo de un mes ni de dos,es de años como dice mi Gurudev Srila Bhakti Vichar Bishnu Goswami Maharaj, eso si cuanto antes empecemos, antes alcanzaremos esa etapa . El pilar de esa modalidad de bondad es ser bondadosos primero con los demás, luego con nosotros, porque que tiene de grandioso ser bondadosos con nosotros mismos si no lo somos con los demás…así se describe también en la Bhagavad Gita. Dandavats.
Este ejercicio me ha permitido profundizar en la reflexión sobre el momento que estoy viviendo ahora. Por una serie de motivos me retrasé en la vida, en los momentos para actuar para llegar a mis metas. He estado sintiendo que todo lo hago mal, perdiendo la confianza en mí misma a cada paso, lo que a su vez me ha llevado a buscar modelos externos que seguir para enderezarme. Está muy enredado.
Es muy abrumador y sobrecogedor pensar por dónde empezar cuando además tengo muy arraigado ahora que todo lo hago mal, porque para donde mire en mi día a día me topo con uno de estos aspectos que «hago mal».
Entonces, mi intención es observar, tener paciencia e ir poco a poco, en lo que sí puedo ver. Ir paso a paso. Confiar en mí, confiar en mi proceso y en el universo y recordar que una vez que comienzo el trabajo con convicción y compromiso, las virtudes comienzan a desenvolverse una a una.
Mi intención es no juzgar mi camino, mi proceso, ni mis acciones. Aceptar el momento presente con todo lo que tiene, y confiar.
Que buenas preguntas! Creo que muchas de las veces que me salí de mi esencia fue ya sea por caer bien o gustarle a los demás, por querer evitar algún conflicto, por el encajar en algún lugar en la sociedad. Sin darme cuenta claro! Pero ahora que lo pienso en profundidad… Muchas veces por querer encajar socialmente en alguna situación olvidamos quien realmente somos o lo que realmente queremos.
En cuanto a la practica de Asanas y el principio de Ahimsa, Creo que siempre he practicado mas allá de mis limites forzando mi cuerpo para «llegar» a la postura. Empece a tomar conciencia cuando empece la Formación de Hatha en la escuela, desde ahí cambie totalmente mi practica. Empece a tomar más conciencia de mis limites y a ACEPTARLOS! Nunca nadie me lo había remarcado antes… o tal vez muy pocos profes la verdad… Es una pena que el yoga este tan contaminado hoy en día y se hayan olvidando las bases. Hace unos meses que hice un reseteo de mi practica y estoy viendo los avances 🙂 Por todo esto creo que esta un poco relacionado a Rajas por la sobreexigencia puesta en mi misma pero también un poco de temas en cuanto a la inconsciencia de lo que estaba realizando, del daño que podía provocar incluso a nivel físico (lesionarme)
Y por ultimo (que difícil sintetizar hoy!) formas de violencia interna… Bueno no respeto mis limites muchas veces, me sobreexijo en muchos aspectos, no pido ayuda, no escucho mi voz interna, me dejo de lado en favor de los demás, tapo problemas míos a resolver (busco distracciones para evadirlos) tal vez por miedo a derrumbarme. Me dejo siempre en segundo plano. Los primeros tienen que ver más con Rajas y los últimos con Tamas (la inercia y el no hacer/accionar). Mientras la vida pasa y los problemas se agrandan… Solo por mencionar algunos…
Creo que la violencia que ejerzo sobre mí misma es una mezcla de Rajas y Tamas si bien es cierto que actualmente hay menos raja que antes. He ejercido violencia contra mí misma especialmente en la adolescencia. Reconozco que aunque me queda mucho por hacer hay mucha distancia de lo que soy a lo que he sido y el cambio es positivo. Estas reflexiones me están ayudando a seguir en el camino de algo que quiero lograr que es ser mucho más consciente de mí autocuidado. Un objetivo primordial ahora mismo es eliminar lo que me pueda crear estrés y tengo que estar atenta porque soy muy activa y porque me exijo demasiado.
Me he dado cuenta de que ejerzo más violencia contra mi misma de la que me gustaría y de que hay una mezcla potente (a lo coktail) entre tamas y rajas. He podido identificar algunas acciones claramente rajásicas y otras claramente tamásicas.
Desviándome un poco del momento actual, también he recordado claramente forzar mi cuerpo en la práctica de asanas al principio, hasta que me fui lesionando poco a poco. Inconscientemente, no queriendo voluntariamente, pero precisamente por estar fuera de mi centro. En ese momento no sabía ni lo que significaba eso, ahora sí lo se, pero no siempre me resulta fácil volver y mantenerme en él.
Reflexionando en este ejercicio me he dado cuenta de que la mayoría de momentos en los que soy consciente que he salido de mi esencia han sido por querer encajar con el entorno social o familiar, forzando en mi formas de actuar que iban en contra de mi forma natural de ser y es algo que ha llegado a provocar en mi grandes conflictos.
Esos conflictos han creado en mi mente diálogos internos violentos dónde había una fuerte presencia de autocrítica, juicios internos, falta de respeto hacia mi misma y una alta autoexigencia. Los identifico como rajásicos, aunque en ocasiones el pensamiento rajásico provocaba en mí estados tamásicos de agotamiento en los que me sentía sin energía para actuar y pasar a la acción.
Esas mismas formas de pensar y actuar las he reflejado también en mi práctica de yoga; pero suavizando la autoexigencia desde la aceptación de mi misma y de que todo es como tiene que ser tanto mi vida como en mi práctica, las vivo más desde la calma y me siento más alineada con mi esencia; y si vienen momentos en los que me alejo soy más consciente de ello y no tardo tanto en regresar, ni me castigo tanto por ello.
Pues los actos de violencia ejercidos sobre mi mismo, son casi todos tamásicos, por inacción. Claro que escucho mi voz interior, alto y claro, pero todo y que mi raciocinio me dice que le tengo que hacer caso, mi mente siempre encuentra excusas para posponer la acción, y mi cuerpo siempre se muestra perezoso siguiendo el estado tamásico de la mente. Un ejemplo es este mismo ejercicio, llego un día tarde.
No siento que nadie ejerza violencia sobre mí, he trabajado eso, antes si me ofendia con facilidad, ahora no tanto, pero esa incapacidad de actuar me causa mucho dolor, mucho, y aún no se como salir de ello. Eso me lleva a un bucle de inacción y culpabilidad. Estoy en proceso de aprender esto. Que bien me sienta escribirlo.
Creo que en mi caso las veces que me apartado más de mi esencia ha sido en todo el tema profesional, primero porque a nivel familiar se pusieron en mi unas expectativas que no quise defraudar. Y después por un tema social de llegar a cierto posicionamiento me sobre exigí muchisimo en el trabajo, teniendo épocas de dedicación absoluta, realizando muchisimas horas extras, ahí descuidé mi salud física y mental teniendo periodos de stress muy prolongados y además haciendo sufrir mucho a mi familia, a la que tenía totalmente desatendida y que sintió falta de amor por mi parte.
Respecto a la reflexión sobre qué actua más en el caso de «querer llegar a hacer la postura de foto» creo que rajas, ya que lo veo como una sobre-acción, llevamos nuestro cuerpo al límite sin escucharnos, por el deseo de llegar a ser o mostrar, o por un tema de desafiarnos a nosotros mismos. Es como si necesitáramos obtener logros en el plano externo para sentirnos bien con nosotros mismos.
Y en la pregunta de con que tipos de violencia interna me identifico más, sería el criticarme internamente, la sobre exigencia y el tener hábitos de vida poco saludables. Para mi sobre exigencia y crítica interna va de la mano, porque cuando esperas tanto de todo nunca llegas a estar satisfecho del todo con el resultado y entonces empiezas a castigarte internamente. No soy lo suficiente buena madre, no me esfuerzo lo suficiente en el trabajo, etc. y ahí nuestra autoestima se va resintiendo. La sobre exigencia para mi al principio es rajas, ja que empiezas a sobre-hacer algo y predomina el exceso de acción y energía dirigido a un objetivo, pero al cabo de un tiempo se transforma en tamas, porque ya lo hacemos por inercia. Normalizamos el exceso en aquello que hacemos, y además lo justificamos, porque lo vemos «normal».
Y el tema de cultivar hábitos poco saludables para mi también empieza en la acción, empezamos a hacer algo que no nos va bien, pero finalmente seguimos por inercia, incorporamos ése hábito en nuestra rutina y por desidia o por falta de consciencia del efecto negativo que tiene en nosotros continuamos, por eso al final actua tamas.
En este ejercicio sobre todo me ha hecho pensar en lo delgada que es la línea que separa la auto-exigencia positiva que nos impulsa a mejorar y superarnos, y la que nos lleva a una espiral de decepciones con nosotros mismos y nos causa stress, obsesión e insatisfacción.
La violencia que ejerzo hacia a mi es una mezcla de rajas y tamas. En relación a mi práctica del yoga a veces intento llegar a puntos donde mi cuerpo no llega xq siento que sino lo hago no mejoro o evoluciono. En mi vida personal ejerces rajas muchas veces para adaptarte al grupo social en el que estas. A nivel social/laboral de alguna forma te ves obligada a exigirte muchísimo más y sino llegas a esas metas y los demás si acabas pensando que hay algo en ti que está mal… interesante ejercicio de reflexion.
Hace ya algún tiempo, me dí cuenta de como me crítico, o me juzgo, este ejercicio me ha ayudado a mirarlo un poquito más de cerca, también a nivel de mi práctica de Yoga, sobre todo como recordatorio de cómo esta violencia la tenemos interiorizada.
Me he dado cuenta hasta ahora que realizo este ejercicio que esa insastifacion interna, esa infelicidad, ese desconformismo por la vida que nada afuera lo llenaba, no ha sido mas que mi ser interior (ser perfecto) diciendome a gritos que me estava violentando cada vez mas a mi misma, esas veces que hice dietas extremas por encajar en el cuerpo perfecto que te venden, el ejercicio de moda con tal de ser como tal o cual persona, lo unico que me llenaba era de frustracion, pero nada mas lejos de la verdad. Sentia que todos eran perfectos y que yo debia ser igual. Años de castigos silenciosos, crearte una vida perfecta y mostrar algo que no eres en esencia, lo unico que termino fue en una depresion, que me paralizo y me llevo al extremo de no hacer nada y seguir reprochandome por la poca ganas de hacer algo que te tenia, entre rajas y tamas estuvo mi vida; hasta que buscando soluciones, llegue al Yoga, que a pesar del poco tiempo que lo practico he conseguido cambio muy positivos. Creo que este Challenge nos esta quitando la venda de los ojos, apenas empezamos y siento que soy «Yo» la que tengo que tomar desiciones diferentes (antes no lo vi), ahora empiezo a ver una pequeña luz al final del tunel. Se que no sera facil, pero…voy a salir a flote!
Sin duda un buen ejercicio para reflexión, lo he leído dos veces, una antes de dormir para interiorizar estas preguntas y hoy para conectar nuevamente con la intención de ir dentro, en mi caso la violencia que me aplico es la de pensar que nunca es suficiente, con un nivel de autoexigencia que me ha llevado a lesionarme físicamente y emocionalmente, a un nivel de no escuchar mi cuerpo, por suerte, mi cuerpo es sabio y me dio los avisos para que reaccionara (hizo falta llegar a este punto) estoy en un proceso de cambio, cuidando más de mi, dejándome estar, viviendo diferente y fue a través del yoga que he encontrado una guía, maestros, señales para vivir diferente, estar más en el presente y agradecida con cada milagro diario.
Me he salido infinidad de veces de mi esencia por querer complacer a mis padres, profesores y familiares. Mucha de la violencia hacia mi misma es enfocada en conseguir metas externas-rajas- (sobretodo en el trabajo) la mayoría por inercia (tamas). Mi profesión tiene la característica de tener que desarrollar una gran disciplina, entrega, un gran auto-perfeccionamiento y búsqueda incesante desde un edad muy temprana (6, 7 años) por lo que muchas cosas se hacen por inercia ya que se lleva haciendo desde pequeño.
Reflexionando sobre los ejemplos de violencia interna me identifico con el 95% del listado, creo, la mayoría en tamas. Y añadiría a mi lista: Autosabotaje.
1. Reflexionando sobre el tema me he salido de mi esencia en todo lo que se menciona, por el tema social, académico, etc. Cada vez que he querido encajar, desde un par de años antes de entrar a bachillerato comencé a tener dudas y a comenzó a dificultarse un un poco encajar, tenía siempre un par de amigos entre mis compañeros de clase, siempre era muy alegre eso sí, pero sufría rechazos como cualquier persona habrá sufrido. Sentía que era bueno porque era obediente y buen estudiante, cuando me salía un poco de la línea de la obediencia es como que ya no era buena persona, un poco militar todo, si cumplías ordenes eras un buen soldado. No me crié con mis padres sino con mis abuelos, mi abuelo era bastante duro y era así (entiendo que se crió en una Italia en guerra) pero muchas veces justificamos cosas que podemos conversar, a veces me decía cosas muy duras cuando almorzábamos (cuando era niño se intentaba almorzar todos juntos). Veo claramente que he pierdo la esencia cada vez que he querido pertenecer, que he querido resaltar o ser el buen alumno, el buen nieto más que el buen hijo, sobretodo el buen amigo, hoy en día he disminuido mi círculo social prácticamente a nada. Pero disfruto muchísimo de la soledad y de ser fiel a mí.
2. Siempre he tenido momentos que he tendido a ser rajásico y otras más tamásico, respecto a mi práctica esto muy al comienzo cuando ni sabía que práctica de yoga estaba realizando en donde no sabía nada de respiración, de bandhas mucho menos de Sankalpa, allí intentando realizar las posturas como cualquier entrenamiento (tratando de llegar a ese punto), pero era más mental que físico porque ahí mi cuerpo no me permitía hacer mucho, ahí forzaba un poco.
Respecto a la práctica es algo que mayormente he llevado con calma la práctica física cuando practicaba en Venezuela y tenía a gran parte de mi círculo y amigos que practicaban yoga era una de las personas a las que más les costaba realizar las āsanas, de hecho cuando el profesor que tenía de Ashtanga escogió 3 alumnos para dar clases y dejarnos su shala al decirme que yo era uno de ellos me sorprendí mucho, yo de hecho no esperaba en ese momento dar clases, me criticaron mucho, algunos dejaban a de ir a las clases cuando me tocaba a mí darla, pero igual seguí aprendiendo todo lo que nos enseñaba para poder seguir transmitiendo esto una vez que el se no estuviese allí. Pocas veces que me he dejado llevar por tener que llegar a… ya que cuando lo he hecho he sentido molestias posteriormente cuando me he extralimitado y una vez que me hicieron un ajuste de forma un poco violenta en la que me lesioné y a día de hoy hay días en que me molesta (por ello intentó ser tan cuidadoso con los ajustes). Reconozco que algunas veces me dejé llevar pero más que todo en esa época cuando tenía algunos amigos más jóvenes porque ya muchos de mis amigos contemporáneos habían emigrado, entonces tenía que tratar de estar bastante consciente ya que muchas veces algunas de estas personas me incitaban a competir y me retaban y no hablo de interpretaciones o de forma subjetiva, Edda de frente, así que debía de estar muy consciente de no dejarme llevar.
He tenido también muchos momentos tamásicos, entro en tamas mas que todo cuando me he desilusionado (fruto de las expectativas) muchas veces, cuando veo que toda la estructura que en teoría debería de educarnos, guiarnos y demás está totalmente corrupta, ya con la pandemia he entrado varías veces en ese estado pero fué en el primer confinamiento la más fuerte. Por otro lado también al ver que no he podido llegar a un punto de cierta estabilidad económica (me ha afectado que hasta de personas me han juzgado por algo que tengo sin saber que lo adquirí unos años antes de estar mal financieramente pero te juzgan por su propia condición de compradores compulsivos de Amazon).
3. En cuanto a los tipos de violencia interna no puedo mentir, por eso estoy acá, he realizado todas, me he juzgado, criticado, sobre exigido, auto desvalorizado, no he escuchado mi voz interna (hasta en momentos que me ha avisado de algo e instantáneamente no escucharla y sufrir un accidente), he tenido relaciones perjudiciales, hábitos de vida perjudiciales y no he respetado mis límites. Pero con la que mas me he identificado de ellas es con sentirme juzgado, criticado, sobre exigirme y tener algunas relaciones perjudiciales de amistades, en algún momento una pareja (que estaba muy mal de hecho me manipulaba e intentó suicidarse).
Hay una combinación algunas son rajásicas más cuando me he auto exigido, cuando he sobrepasado mis límites y otras más tamásicas.
4. Este ejercicio me ha ayudado a observar muchas situaciones de mi vida, recordar muchas cosas las cuales no tenía presentes ó no recordaba, puedo observar que he dado pasos, muchas veces uno se castiga por pensar que dar pasos hacia adelante ó avanzar consiste en caminar hacia adelante en línea recta in parar jamás ó subir una cima sin tener que bajar para poder seguir subiendo, no se trata de eso, cada uno de esos supuestos tropiezos si decidimos llamarlo así porque en realidad podría llamarse enseñanza, aprendizaje, es necesario detenerse en ellos, para seguir, a veces sí queremos ir muy rápido no podemos observar lo que esto nos muestra.
Namaste
En mi caso siempre hubo una presión familiar , social sobre cómo vivir la vida que me hizo salir de mi esencia.
Gracias a una gran crisis personal que tuve con 26-27 años me pude replantear toda mi existencia y pude salir de todos esos estándares que sutilmente ejercían violencia sobre mí.
También me doy cuenta de que siempre han estado ahí y siguen ejerciendo esa presión y que indirectamente se transforman en cierta violencia interna que ejerzo sobre mi.
Puedo observar que siempre ha sido una lucha por defender mi forma de vivir y en realidad veo como un duelo esa lucha interna.
También reconozco que suelo ejercer violencia de una forma más tamasica, desde la autocrítica y desvalorización pero también veo momentos más rajasicos de sobreexigencia.
Es genial esta publicación, poco más podría añadir. Quizás eliminar la violencia hacia nosotros mismos es muy complicado por todo lo que tenemos aprendido y por los patrones ocultos.
Namaste
Aunque sea cuidadosa con las palabras y actos, me doy cuenta de la violencia que ejerzo mentalmente, pues muchas veces soy clasista, crítica y juzgo. Y creo que eso también es violencia, pues tener una mente tan estricta en ciertas ocasiones no me beneficia, al contrario, hace que me cierre más en mí. Estos mismos pensamientos críticos termino por tenerlos hacia mi misma (tamas) y el nivel de autocrítica en ciertas etapas de mi vida hace que mi autoestima desaparezca y al mismo tiempo me exija más de lo que puedo dar (rajas).
Más que aprender, este ejercicio me ha hecho darme cuenta de que muchas veces he practicado violencia sobre mi sin ser consciente para hacer feliz a alguien o quizá para demostrar algo, dejandome llevar por lo que a otros les gustaría, sin ser acciones que me hicieran feliz y que me alejaban de mi esencia, ya que les dedicaba mi tiempo y esfuerzos.
Por ejemplo, yo quería ser profesora pero mi padre quería una hija abogada. Y eso hice, dejandolo sin acabar. Y volviendo muchos años después sin saber el porqué.
Y asi con muchas más cosas. Está bien estar para los demás, igual que ellos estan para ti. Pero, si no es realmente necesario y urgente, yo y mis necesidades tienen que empezar a tener preferencia.
Es una buena reflexión. Pienso que cuanto menos “violentos” seamos hasta nosotros mismo de forma consciente y también trabajemos lo inconsciente, estoy segura que seremos menos violentos hacia los demás y los demás hacia nosotros mismos. Tenemos que aceptarnos y querernos.
Haciendo este ejercicio me he dado cuenta que más que sobre esforzarme tengo la tendencia de sobre cuidarme y también como me desvalorizo muchas veces me quito la confianza. Además este ejercicio, por primera vez, me ha hecho pensar en la violencia interna. Y que me resulta difícil encontrar el equilibrio entre la violencia interna y externa, o sea decir no a alguien que quería ayudar. Otra cosa para descubrir. 🙂
1. Muchas son las veces que me salgo de mi esencia por llegar a u estandard o exigencia que me he impuesto. Me he criticado y aun lo sigo haciendo por mi imagen física, me he castigado, juzgado, y sobre exigido un estandard perfecto al que nunca llegaré. El perfeccionismo es mi punto débil y el que me da más dolores de cabeza. También he salido de mi esencia por dar una imagen y he traicionado mis principios con amigos, cayendo en la trampa de consumir sustancias tóxicas como lo es el tabaco o el alcohol por dar una imagen que sé que no es la mía. En el ámbito escolar algunas veces me ha consumido la envidia al ver el trabajo bien hecho de otros estudiantes, aunque es una emoción que poco a poco se ha ido convirtiendo en alegría e incluso admiración.
2. Han sido muchas las veces que he practicado asanas de manera competitiva, comparando mi nivel con los de otras personas, sobre todo en redes sociales, y demasiadas las veces que he hecho u sobre esfuerzo físico, exigiendome la perfección de manera rígida. Díría que es una tendencia de sobre acción, enfocada en metas externas. Por otro lado, al no llegar a ese estandar de perfección, he pasado al lado contrario, a abandonar mi práctica, enfadada con una niña pequeña por no ser perfecta, y ese sería es aspecto de dejadez.
3. Me identifico con casi todas estas formas de violencia. Diría que en rajas están el criticarnos, juzgarnos, o respetar nuestros límites, sobre exigirnos, y no escuchar nuestra voz interior y por otro lado en tamas estaría tener hábitos y relaciones perjudiciales. Añadíría el abandonarnos, dejar de cuidarnos y de esa manera despreciarnos.
Hacer éste ejercicio me hizo comprender que al juzgar y criticar a los demás, estoy viendo en ellos comportamientos que no me permito ver en mí conscientemente. Veo mi sombra.